Hace un par de años Ana acudió a terapia. Ana trabajaba como peluquera, habitualmente sola, en un modesto salón de belleza. Sus clientas estaban muy satisfechas con su profesionalidad, no así su jefa que, iba cuando había más aforo y con frecuencia se quejaba o criticaba sus quehaceres. Estaba con un estado de ánimo bajo, muy desmotivada y con ganas de abandonar esta peluquería. Así que en una ocasión le planteé que cuando su jefa finalizara sus reproches le dijera: «Dime algo bonito» Un día así lo hizo. ¿Qué creen que ocurrió? Su jefa enmudeció y no supo qué responder.
Algunos-as profesionales tienen encargados-as o jefes-as que se centran en los errores y minimizan u obvian el buen hacer de los mismos y se olvidan que no somos perfectos-as.
Pasamos muchas horas de nuestra vida relacionándonos, interaccionando con diferentes personas, Así que ¿ porqué no intentamos disminuir las críticas, las quejas, las protestas y empezamos a centrarnos en las conductas, en las habilidades, en las destrezas, en los valores de las personas que nos rodean y son importantes para nosotros? Tratemos de incrementar la empatía, de mimar y ser generosos con los compañeros de trabajo, amigos, familiares, vecinos.
Aprendamos a hacer la vida más agradable usando un lenguaje generoso. Escojamos palabras amables, cariñosas, auténticas. Ésas que al escucharlas nos reconfortan, nos fortalecen, nos ayudan a creer en nosotros mismos y mejoran nuestra autoestima.
Podemos decir:
Cuento contigo.
Confío en ti.
Formas parte de este proyecto.
Eres una persona importante para mí.
Respeto tus opiniones aunque a veces no las comparto.
Estoy orgullosa-o de ti.
Me alegro mucho que te vaya bien.
Sigue así. Lo estás consiguiendo. Lo estás haciendo muy bien.
Ánimo, lo puedes hacer o conseguir.
Bien hecho. Buen trabajo. Enhorabuena.
¿Te ayudo? Un consejo.
Tú sí que vales.
Qué te vaya bonito.
Te echo de menos. Me apetece verte y pasar un rato contigo.
Estas frases son un ejemplo de lo que podemos decir. Acordémonos de elogiar, de alabar, de alegrarnos por las acciones de los demás. Ser diestro implica habilidad y práctica. Así que manos a la obra. ¿Empezamos?
Deja una respuesta