[youtube https://www.youtube.com/watch?v=l_8VJt8NEi8&w=560&h=315]
Tres cosas hay en la vida. Salud, dinero y amor. Y el que tenga estas tres cosas que le dé gracias a Dios, cantaban Cristina y los Stop en 1967.
Una canción pegadiza que resalta tres apoyos claves para muchas personas.
Nuestra salud física estuvo, está y continúa amenazada y desestabiliza nuestra salud emocional. El COVID-19 , se sigue expandiendo y los científicos están inmersos en sus laboratorios intentando descubrir una vacuna que permita hacerle frente.
El dinero. A nivel económico, muchas personas se ven abocadas a no tener trabajo, o están afectadas por un ERTE. Los autónomos y empresarios tienen negocios cerrados o con poco volumen de trabajo. El nivel de ingresos está muy mermado lo cual limita nuestras compras. Gastos básicos y pocos caprichos.
El amor. Muchas parejas están separadas, cada uno viviendo con su familia, con distancia afectiva, física, social. Distancia de los hijos, de los padres, de los amantes, de los amigos. Añoramos el cariño, el contacto físico. Nos queremos sin abrazos, sin besos, y empleamos palabras y o hechos a distancia o en una realidad virtual.
Nos enfrentamos a dramas personales, laborales, sociales. La inquietud, la incertidumbre, la soledad, el pesimismo, el miedo, la frustración, el luto pueden reinar en nuestros hogares.
Tras ocho semanas confinados, algunos pudimos avanzar y retomar actividades de nuestra vida diaria, pero el progreso es lento, entraña riesgos y tenemos que habituarnos. Otros se incorporarán y seguiremos hacia un devenir aún por determinar,
Tres pilares básicos de la vida están en la cuerda floja. Nuestra vida ha dado un giro de 360 grados. La adaptación implica modificar hábitos, distanciándonos de las personas, gestionando el miedo a vivir, a salir y eso implica un aprendizaje. Nuestra actitud, motivación serán claves para progresar y reinventarnos.
Vivamos el presente. Intentemos cambiar las quejas por halagos, seamos más pacientes, generosos, agradecidos, respetuosos, responsables y empáticos. Cambiemos nuestra perspectiva para valorar lo que tenemos, que es mucho más de lo que creemos.
Deja una respuesta